Trabajo virtual o “virtualidad” ha tomado un rol muy importante en un mundo que vive una globalización sin límites. Tanto empresas como empleados se han venido acoplando a estas nuevas situaciones, logrando una productividad y una mejora en la calidad de vida.

Se tenia pensado que esta productividad iba ligada al hecho de que el empleado debía estar en su puesto de trabajo con un horario determinado y en un lugar físico asignado, todas estas formas tradicionales de trabajo, se han ido disolviendo poco a poco y gracias a los avances tecnológicos (como un Blackberry, computadoras portátiles, extranet, teléfonos celulares, entre otros); han hecho que estas nuevas estructuras se empleen cada vez más, generando una mayor productividad.

Por otro lado, no hay que olvidar el impacto que ha tenido un concepto tan utilizado hoy en día como es el “work/life balance” en los empleados y sus familias, pues poco a poco las personas se han concientizado de la importancia de tener control sobre sus propias vidas.

Todos estos beneficios hacen que los empleados se encuentren motivados, sean mas leales, menos controlados, y que exista una mayor retención de capital humano altamente productivo en las empresas. (Marilyn M. Helms, Farhad M.E. Raiszadeh, 2002)

Este impacto también se ha reflejado de manera positiva en las compañías, pues gracias a estas nuevas estructuras se han minimizado costos, se ha llegado a obtener una mayor productividad y ha generado relaciones laborales alrededor del mundo, haciendo que la empresa se enriquezca cada vez más gracias a la diversidad a la que se enfrenta.

Es un hecho, que ante esta nueva situación tanto empresas como empleados tienen nuevos desafíos que cumplir, la pregunta es:

¿Realmente se está preparado para enfrentarse a estas nuevas estructuras laborales?